El incumplimiento de esta obligación se sanciona con la retención del vehículo, una multa equivalente a 642 soles (12% de la UIT) y la reducción de 50 puntos en el récord del conductor
De acuerdo con la normativa vigente, todos los vehículos inscritos a partir de 2010, aquellos destinados al transporte de carga o pasajeros, así como los que han sido transferidos o modificados en su registro vehicular desde ese año, deben contar con la tercera placa, dispositivo que contribuye a la seguridad vial y fiscalización del tránsito en el Perú.
Según cifras de la Asociación Automotriz del Perú (AAP), a la fecha, más de tres millones de vehículos están equipados con esta tecnología implementada de manera obligatoria desde 2010 por el Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC).
¿Qué es la tercera placa vehicular? La tercera placa vehicular es una calcomanía holográfica de alta seguridad que se coloca en el parabrisas, a la altura del espejo retrovisor.
A diferencia de las placas metálicas tradicionales, su chip RFID (Identificación por Radiofrecuencia), permite a las autoridades y sistemas de control vehicular leer la información del vehículo a distancia mediante lectores ubicados en peajes, garitas y otros puntos de fiscalización.
“La tercera placa permite mejorar significativamente el control vehicular, ya que posibilita la identificación a distancia de los vehículos, facilitando la fiscalización y contribuyendo a un tránsito más seguro y ordenado”, señaló Alfredo De Las Casas, gerente de Proyectos, Planeamiento y Control de Gestión de la AAP.
No cumplir con esta obligación es considerado una falta muy grave, sancionada con la retención del vehículo, una multa equivalente a 642 soles (12% de la UIT) y la reducción de 50 puntos en el récord del conductor.
“El uso de la tercera placa no solo es un requisito legal, sino una medida fundamental para garantizar la seguridad y control vehicular en el país. Su implementación ha permitido reducir la falsificación de placas y mejorar la fiscalización de manera más eficiente”, agregó De Las Casas.
Además, la tercera placa contribuye a la identificación de vehículos en caso de robo o fraude, ya que su chip RFID está vinculado a una base de datos única y segura.
Igualmente, la tecnología RFID permite gestionar el tránsito de manera automatizada, reduciendo la necesidad de controles manuales y optimizando los tiempos de verificación. Su integración con sistemas de ciudades inteligentes y lectores de matrículas permite mejorar la gestión del tráfico y la seguridad vial.